La diástasis del recto abdominal, una separación de las cabezas del recto del abdomen, a través de la línea alba, es principalmente una secuela del embarazo y se estima que está presente en al menos dos tercios de las mujeres inmediatamente después del parto. La cantidad de separación presente, medida como la distancia entre los rectos, mejora naturalmente, pero parece estabilizarse a las ocho semanas después del parto. Puede persistir durante décadas después del embarazo en muchas mujeres.
Las mujeres con diástasis tienen baja una fuerza y resistencia muscular abdominal en comparación con las mujeres sin esta condición, además de peor imagen corporal y satisfacción corporal. También puede estar asociada con dolor abdominal, dolor y disfunción lumbopélvica y quejas uroginecológicas.
Las intervenciones fisioterapéuticas para la diastasis de recto del abdomen suelen incluir ejercicios terapéuticos y/o faja abdominal. Se prescribe una amplia gama de ejercicios abdominales, con un enfoque generalizado en la activación del músculo transverso del abdomen. Tales ejercicios tienen una explicación teórica, ya que las vainas de tejido conectivo que rodean los músculos de la pared abdominal son continuas con la línea alba, donde se produce la diástasis. La carga mecánica puede estimular la formación y alineación de colágeno, mejorando así la capacidad de la línea alba para transferir cargas a través de la línea media. Como alternativa al ejercicio, las fajas abdominales utilizadas en el período posparto temprano pueden proporcionar apoyo físico a la pared abdominal, protegiendo el colágeno recién formado en la linea alba mientras se repara.
El enfoque mas efectivo para tratar esta condición se basa principalmente en la prevención. El ejercicio durante el embarazo reduce la presencia de diástasis en un 35%. Esta intervención se enfoca en el control postural y estabilización del centro de gravedad, a través del entrenamiento y el uso del transverso abdominal y la musculatura del piso pélvico. Además, se debe corregir la desalineación de la pelvis, enseñar patrón adecuado de contracción del transverso abdominal y piso pélvico, reentrenamiento postural y de actividades (estar de pie, agacharse, pararse con una sola pierna y ponerse en cuclillas).
Además de tratar, es fundamental una evaluación por una kinesióloga pélvica que valore la integridad miofascial y función de las estructuras de la cavidad abdominal, así como las otras articulaciones que pueden dañarse como resultado de esta disfunción.