Durante la ultima década la población afectada por incontinencia urinaria ha crecido constantemente, los últimos datos sugieren una incidencia entre 4% y el 8%. Según causa y la fisiopatología, la incontinencia urinaria se clasifica en 3 tipos: Incontinencia urinaria de esfuerzo, de urgencia y mixta. La incontinencia urinaria de esfuerzo se define como el escape involuntario de orina durante el esfuerzo, como toser, estornudar o reír.
Un aumento en la presión abdominal debido al esfuerzo físico ejerce presión sobre la vejiga, lo que hace que la orina se escape. Los mecanismos básicos responsables de esa reacción son el apoyo deficiente de la uretra por parte de los músculos del piso pélvico y la deficiencia intrínseca del esfínter. Se han identificado muchos factores predisponentes para la incontinencia urinaria de esfuerzo como partos numerosos, operaciones previas, debilitamiento generalizado del tejido conjuntivo, deficiencia hormonal, mutilación genital o reducción de órganos reproductivos. La incontinencia urinaria de urgencia, es la fuga involuntaria de orina precedida por una fuerte y repentina necesidad de orinar. Por su parte, la incontinencia urinaria mixta es una mezcla entre ambos tipos descritos anteriormente.
Los problemas relacionados con la incontinencia urinaria tienen un impacto psicológico y reducen sustancialmente la calidad de vida de los pacientes. A menudo experimentan incomodidad, baja autoestima, deterioro del estado de ánimo y sensación de impotencia. Hay una disminución en la calidad de su vida personal, social y profesional. Debido al temor de que otros se enteren de su lamentable condición, los pacientes se ven obligados a cambiar su estilo de vida, lo que, a su vez, tiene un impacto negativo en la socialización y contribuye a la alienación, el aislamiento social, los cambios en la actividad sexual e incluso la depresión o trastorno de ansiedad.
La kinesioterapia es una parte importante del tratamiento de la incontinencia urinaria. Entre los métodos de kinesioterapia utilizados en el tratamiento de la IU destaca el entrenamiento de los músculos del suelo pélvico (EMSP). Este método esta basado en que la actividad muscular sistemática hace que los músculos pierdan 4 veces menos de su masa en comparación con permanecer inactivos y, por lo tanto, es el método óptimo para mejorar el deterioro anatómico y funcional de los músculos. Esto contribuye a una mejor compresión uretral, así contribuyendo a corregir la incontinencia urinaria.