El dolor lumbar es extremadamente común y lo experimenta aproximadamente el 70% de las personas en algún momento de su vida. La ciática (dolor de pierna relacionado con la parte baja de la espalda) es una de las variaciones más comunes del dolor de espalda baja. No obstante, el dolor lumbar y la ciática representan síntomas más que diagnósticos específicos, y la fuente más común son las hernias discales.
El núcleo pulposo es el elemento interno del disco y contiene componentes que facilitan la presión hidrostática para resistir la compresión axial de la columna; el anillo fibroso es el elemento externo del disco y que está compuesto principalmente de fibras de colágeno. Cuando se aplican fuerzas de compresión a través del disco, la presión dentro de núcleo pulposo aumenta, lo que lo aplana y empuja contra las fibras del anillo fibroso y las pone bajo tensión. Si el anillo fibroso está desorganizado, el núcleo puede atravesarse y herniarse.
Los principales signos y síntomas de la hernia en la columna lumbar incluyen dolor radicular, anomalías sensoriales y debilidad en la distribución de una o más raíces nerviosas lumbosacras. Los pacientes informan un aumento del dolor al sentarse, que se sabe que aumenta la presión del disco en casi el 40% de los casos y puede causar significativo deterioro funcional, lo que afecta negativamente la calidad de vida. La hernia discal lumbar crea un cuadro clínico muy diferente en los deportistas al de la población promedio, ya que estos individuos constantemente someten sus cuerpos a una tensión severa y se esfuerzan al límite de su capacidad física. La prevalencia de la degeneración discal sintomática en deportistas de élite es significativamente mayor que en los no deportistas (75 % frente a 31 %). El exámen físico debe incluir una evaluación neurológica completa y pruebas de tensión de la raíz del nervio ciático o femoral.
El manejo de las hernias discales es un reto en el mundo deportivo, porque muchas veces les impide continuar con su actividad. Es importante tener en cuenta que el objetivo del tratamiento en los deportistas es permitirles regresar lo antes posible a sus niveles originales de actividades deportivas. El tratamiento conservador o la operación de hernia lumbar (hernioplastía lumbar) están disponibles para deportistas y no deportistas con hernias discales. El tratamiento conservador produce resultados satisfactorios en una alta proporción de deportistas con hernias discales lumbares, incluso a unos pocos meses después del inicio del tratamiento, lo que produce una rápida mejoría de los síntomas como la ciática y posiblemente lleve a un regreso temprano a las actividades deportivas, y este implica la realización de kinesiología y medicamentos antiinflamatorios. Generalmente, el tratamiento consiste en 6 a 8 semanas de tratamiento no quirúrgico antes de considerar la intervención quirúrgica, suponiendo que no haya déficits neurológicos significativos o progresivos.
Redactado por Catalina Díaz D.