Las enfermedades crónicas no transmisibles, son todas aquellas enfermedades que adquirimos por cambios de hábitos y estilos de vida (principalmente alimentación y actividad física) donde principalmente destacan: enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas y la diabetes. Estas enfermedades tienen un gran impacto en lo que a mortalidad se refiere, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), son las responsables del 82% de todas las muertes, producen cerca de 38 millones de muertes de personas por año. Son enfermedades de larga duración y que se pueden prevenir y controlar. Un inadecuado control trae de la mano diversas manifestaciones físicas que, en algún punto, podrían afectar la calidad de vida y dificultar la capacidad de desarrollar las actividades de la vida diaria con normalidad.
En Chile, según informes del Ministerio de Salud, el 84% de todas las enfermedades corresponde a “enfermedades crónicas” y al igual que en resto del mundo, representan la primera causa de muerte. En el año 2014, la mortalidad en ambos géneros la lideraba las enfermedades cardiovasculares, cánceres, enfermedades respiratorias crónicas y diabetes.
Usualmente cuando hablamos de “enfermedades” el inconsciente nos lleva a hacer la relación al consumo de “fármacos” para contrarrestar los efectos de estas condiciones, sin embargo, la verdadera causa según algunos científicos radica en la “calidad” de los alimentos consumidos, ingesta de elementos tóxicos como el tabaco, alcohol, exceso de sal, la cantidad de alimentos consumidos, hábitos y estilos de vidas, destacando principalmente a la “actividad física insuficiente”. Todo indica que la sumatoria de estos factores estaría predisponiendo a presentar estas enfermedades, las cuales, en algún momento de la vida pasarán factura, deteriorando la calidad de vida y encareciendo los costos de vida de cada individuo para poder “mantener a raya” la enfermedad.
En este contexto, la práctica de la actividad física de manera habitual, parece ser el mejor “seguro de vida” que nos entrega beneficios en diferentes sistemas de nuestro organismo, sin embargo, es esencial que la prescripción del ejercicio, en casos de personas sedentarias o con alguna enfermedad crónica no transmisible, sea realizada por un profesional y de manera individual, ya que, cada persona responde de manera diferente frente al ejercicio, por lo cual, necesita en etapas iniciales, ser evaluado, indicado y supervisado por un profesional.
Escrito por Bastián Sayes C.