Dentro de las lesiones musculoesqueléticas, en tobillo la más prevalente es el esguince lateral de tobillo, de las personas que sufren esta lesión, debido a distintas causas y entre ellas un inadecuado proceso de rehabilitación, hasta el 75% de los esguinces laterales de tobillo sufrirán lesiones recurrentes y síntomas residuales de por vida, de estos la percepción de inestabilidad percibida es la más referida, conocida como Inestabilidad crónica de tobillo (CAI por sus siglas en inglés). A largo plazo, esto podría traer consecuencias negativas para la calidad de vida de la persona, limitaciones de actividades incluso en algunos casos un desgaste prematuro del cartílago articular de la articulación de tobillo.
En condiciones de salud de tobillo, existe un control neuromuscular óptimo con una adecuada integración entre la información de entrada al sistema somatosensorial y las salidas de información motora del sistema nervioso central. En palabras simples, lo que percibimos está en perfecta coordinación en como el sistema muscular y articular responde a las distintas exigencias del medio. Luego de un primer esguince lateral de tobillo, se producen alteraciones como disminución de la exitabilidad corticoespinal (información motora que sale desde el cerebro) de algunos músculos que mantienen la estabilidad del tobillo, entre ellos los fibulares y el músculo tibial anterior, lo que trae como consecuencia un enlentecimiento en la respuesta de esta musculatura o la compensación de otros músculos, lo que podría responder a patrones alterados de movimiento.
A pesar de lo descrito, la causa subyacente de las alteraciones del equilibrio en pacientes con CAI sigue siendo desconocida, se han planteado causas potenciales el uso alterado de la información somatosensorial (la información de entrada al cerebro) que trae una respuesta inadecuada. Existen estudios que han demostrado que existe un “silencio cortical” en personas con CAI, lo cual se midió con estimulación magnética transcraneal, confirmando que existe una respuesta más lenta en personas que han sufrido esta lesión.
En estudios similares, se ha demostrado que los pacientes con CAI exhibieron menos volumen de mapa y área corticomotor, lo que sugiere un área más concentrada de neuronas que se comunican con el músculo Fibular largo. En consecuencia, las células corticales motoras que controlan este músculo están menos comprometidas con la función adecuada del músculo y pueden ser reclutadas por otras áreas circundantes. Esto puede explicar las estrategias de movimiento alteradas que conducen a una nueva lesión en el tobillo.
Una estrategia para reducir estas alteraciones, se ha demostrado que es a través de la información visual, la cual suple la percepción y consciencia que la persona debe tener del tobillo, con la información que aposta la vista. Esto podría utilizarse como una estrategia para el tratamiento de estas lesiones, sin embargo, no debe sobreesponerse, ya que se debe generar una correcta progresión a la propiocepción inconsciente y no depender del sistema visual.
En clínica Kymi, contamos con profesionales especializados en lesiones del sistema musculoesquelético y su rehabilitación, aquí nuestros especialistas podrán brindarte un tratamiento personalizado, individualizado a la vanguardia de la evidencia.
- Terada M, Kosik KB, McCann RS, Drinkard C, Gribble PA. Actividad corticoespinal durante una postura de una sola pierna en personas con inestabilidad crónica del tobillo. J Sport Health Sci. 2022 Enero;11(1):58-66. doi: 10.1016/j.jshs.2020.08.008. Epub 2020 28 de agosto. PMID: 32866712; PMCID: PMC8847849.
- Kosik KB, Terada M, Drinkard CP, McCann RS, Gribble PA. Plasticidad corticomotora potencial en personas con y sin inestabilidad crónica del tobillo. Med Sci Sports Exerc. Enero de 2017;49(1):141-149. doi: 10.1249/MSS.00000000000001066. PMID: 27501358.
- Song K, Burcal CJ, Hertel J, Wikstrom EA. Aumento del uso visual en la inestabilidad crónica del tobillo: un metanálisis. Med Sci Sports Exerc. 2016 Octubre;48(10):2046-56. doi: 10.1249/MSS.000000000000000992. PMID: 27635773.
Redactado por kinesióloga Carla Fuentes D.